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El comercio electrónico en América Latina está en pleno auge, como demuestra que se haya pasado de 126 millones de usuarios en 2016 a 156 millones en la actualidad y de 40.000 millones a 80.000 millones de dólares en ventas en el mismo periodo, según señala un estudio encargado por Mastercard.
Con el fin de conocer las necesidades y las expectativas de los compradores por Internet en la región, Mastercard realizó un estudio con Kantar, una empresa líder en investigaciones, en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, México, Perú y Puerto Rico, cuyos resultados fueron presentados este martes.
Entre los factores determinantes para este crecimiento se encuentra el mayor poder adquisitivo que están teniendo los “mileniales” (personas entre 20-40 años), que representan el 30 % de la población de América Latina y el Caribe.
Jorge Arbesú, vicepresidente de Seguridad Cibernética e Inteligencia, Mastercard LAC (Latinoamérica y el Caribe), dijo que “América Latina es una de las regiones de mayor crecimiento en este comportamiento”.
“Y, a la vanguardia dentro de esta región están países como Brasil, México y Uruguay: Los tres son parte de los países que llamamos digital 6, que son los de más avance digital, estos países tienden a mayor avance en términos de adopción” de tecnología.
Chile también sorprende por su tendencia a abrazar el comercio electrónico.
Según la Cámara de Comercio de Santiago, “hay partes del año que el 50 % de las transacciones son digitales, si bien es un país que tiene que hacer avances en cuanto a términos digitales tiene esos picos interesantes”.
El estudio también deja ver que hay un sentimiento generalizado de que los pagos electrónicos son seguros.
“El hecho de que un país como Brasil haya dicho que su mayor preocupación es el costo de los envíos quiere decir que se sienten seguros. Eso siempre termina de ser una satisfacción, porque significa que el ecosistema comienza a sentirse así”.
“Parte del grupo que hace transacciones hoy en día, seis de cada diez personas, ni siquiera hablan de temas como seguridad. Quisieran sentirse más seguros, pero no lo hablan como tópico”.
Sin embargo, los resultados del estudio plantean un reto muy importante: “Esa parte pequeña del 30 al 40 % que no están haciendo compras tan frecuentemente, sí hacen un llamado a sentirse más seguras”.
“El desafío -agrega Arbesú- es atraer más usuarios al ecosistema, generándoles una mayor confianza”.
“Un mensaje clave es que el ‘e-commerce’ es muy seguro para la escala que tenemos hoy día. El reto que le estamos lanzando nosotros como red a todos los frentes con los que hablamos, nuestros socios emisores, nuestros socios de comercios e inclusive los centros gubernamentales con los que hablamos es que para los próximos 2 a 3 años tenemos mucho que hacer”.
“Hoy la foto es segura, queremos que la foto del futuro sea mucho más segura”, agregó.
Para lograrlo, MasterCard perfila el futuro de la seguridad de sus transacciones a través de dos métodos de seguridad cibernética, tokenización y autenticación.
La tecnología de tokenización ayuda a que emisores y comerciantes tengan seguros los datos de sus clientes al reemplazarlos por un número alternativo (“token”).
Este consiste en 16 dígitos que emulan el número de tarjeta real y se puede usar solo una vez.
En caso de una transacción fraudulenta, los estafadores solo tendrían acceso al token en lugar de a la totalidad de los datos de pago del consumidor, reduciendo la probabilidad de fraude.
Por su parte, las tecnologías de autenticación permiten a los comerciantes y bancos asegurarse de que los compradores en línea sean quienes dicen ser, a través de tecnología inteligente y biométrica, similar a la que se usan en el reconocimiento de rostros en los puntos de inmigración de algunos países.
La tokenización y autenticación, asegura el directivo de Mastercard, son la solución a los grandes desafíos del mañana y por eso son una parte clave de este foro.
“El primer paso es habilitación. Eso es decir que todos los lados tienen que estar listos para tokenizar y autenticar. Ese es el trabajo que hemos hecho en Mastercard en el 2019 y haremos a principios del 2020. Lo que vamos a comenzar a hacer a partir de allí es comenzar la utilización”
Arbesú asegura que, gracias a la velocidad de las nuevas tecnologías, este proceso no tomará mucho tiempo: “Tomó diez años migrar de la banda magnética al chip, pero ahora esto podría tomar sólo de un año y medio a dos”.