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La sudafricana Zozibini Tunzi ganó el domingo Miss Universo 2019 en una gala en la que varias aspirantes, incluida la vencedora, defendieron la igualdad de género sobre el escenario, un hecho ante el que cabe preguntarse qué hueco puede tener el feminismo en este tipo de certámenes de belleza.
Las reclamaciones feministas, impulsadas en Estados Unidos por movimientos como #MeToo, han ido ganando terreno en concursos de belleza como Miss Universo, que ahora enfrentan sus propias contradicciones por ofrecer un altavoz a las mujeres cuando, al mismo tiempo, su propio funcionamiento sigue rigiéndose por algunos códigos machistas de lo más obsoletos.
Y es que, ¿puede un certamen en el que jamás ganaría una mujer que no fuera guapa, alta y delgada asumir el feminismo?
Zozibini Tunzi, que dio este domingo la corona de Miss Universo a Sudáfrica por tercera vez en su historia, cautivó al jurado y al público con sus mensajes en contra del racismo y el machismo, y con su orgullo por ser una mujer africana y negra.
“Crecí en un mundo en el que una mujer como yo, con mi tipo de piel y mi tipo de pelo, nunca era considerada guapa. Y creo que es hora de que eso se acabe hoy”, afirmó en la gala.
Ya en la rueda de prensa, Tunzi desarrolló sus ideas en contra de la “absurda” desigualdad entre hombres y mujeres.
“No veo por qué las mujeres no pueden recuperar en 2019 el terreno perdido frente a los hombres. Y tampoco veo por qué las mujeres deban seguir siendo víctimas por violencia de género, especialmente a manos de hombres que supuestamente las aman y las cuidan (…). Quiero retar a los hombres a que den un paso al frente y enseñen a sus hijos cómo mirar a las niñas como iguales”, dijo.
Tunzi no fue la única aspirante de Miss Universo que se envolvió en la bandera feminista.
La brasileña Júlia Horta, que ya mostró en las rondas previas del certamen una pancarta rechazando la violencia machista, rindió homenaje ayer a las conquistas del feminismo.
“Gracias a las feministas del pasado hoy tengo mejores derechos”, defendió.
También la colombiana Gabriela Tafur Nader reivindicó el derecho de las mujeres a decidir plenamente sobre su salud sexual.
“Lo más importante es que las mujeres podamos decidir sobre nuestros propios cuerpos. Tenemos que tener la posibilidad de acceder a salud de calidad para que cualquier decisión que tomemos sobre nuestro cuerpo, nuestra salud y sobre nuestra reproducción, jamás ponga en riesgo nuestras vidas”, indicó.
Miss Universo pide a sus aspirantes que se involucren con alguna causa social y la representante argentina, Mariana Varela, explicó que la suya es acabar con las agresiones machistas.
“Fui víctima de violencia de género”, dijo a CNN en Español.
“Por eso sé lo importante que es para todas las mujeres que se sientan libres de esta opresión y que puedan, de una vez por todas, romper con esas cadenas”, agregó.
Además, la diversidad sigue abriéndose paso en Miss Universo y en 2018 la española Ángela Ponce hizo historia como la primera aspirante trans.
Las concursantes de Miss Universo sí parecen haber asumido la lucha feminista, pero el certamen conserva algunas reglas que parecen sacadas de otro siglo.
“Las concursantes no pueden estar casadas o embarazadas”, se lee en la web oficial de la competición.
“No deben haber estado nunca casadas, ni haber tenido un matrimonio anulado, ni haber dado a luz o haber criado a un niño. A las ganadoras se les exige, además, permanecer solteras a lo largo de su reinado”, añade.
Es cierto que Miss Universo valora cualidades abstractas como “la autenticidad, la credibilidad y exhibir elegancia bajo presión”, pero es igualmente verdadero que, pese a los cambios en el formato, los desfiles en bikini y con vestido de noche siguen siendo los puntos álgidos de la gala y las rondas de clasificación.
“Belleza, belleza y belleza. Esto gira todo en torno a la belleza”, dijo a la revista Forbes en 2011 Scott Lazerson, que participó como juez en las rondas preliminares de Miss Universo y que cuestionó así la importancia que puedan tener para el jurado otros aspectos como la inteligencia o la personalidad.
Como en la edición de 2018, la gala de Miss Universo tuvo el domingo un comité de selección formado completamente por mujeres.
Las polémicas machistas también han tenido que ver con los propietarios de los certámenes de belleza, como fue el caso del actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien fue acusado de haber entrado, cuando era dueño de Miss Universo, a los vestuarios de las jóvenes con ellas desnudas o cambiándose de ropa.
También fue señalado por la venezolana Alicia Machado, ganadora de Miss Universo 1996 y quien aseguró haber sufrido comentarios racistas y machistas por parte de Trump durante su reinado.