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Según un informe preliminar, la revuelta se registró anoche en la cárcel de La Tolva, en Morocelí, por causas que están siendo investigadas por las autoridades penitenciarias y de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI).
Los cuerpos de los presos, que no han sido identificados, fueron trasladados este domingo a medicina forense del Ministerio Público de Tegucigalpa para realizar la respectivas autopsias.
Los fallecidos, según medios locales, habrían sido asesinados con arma de fuego por un reo conocido con el alias “El Sanguinario”, quien está en custodia de las autoridades de la cárcel.
En la cárcel de Morocelí, los reos están aislados y no se les permite ningún tipo de visitas, excepto de sus defensas cuando el caso lo amerite, según las autoridades hondureñas.
El motín se suma a otros episodios de violencia ocurridos en los últimos meses a causa de los problemas de seguridad en las cárceles del país, aquejadas por el hacinamiento.
El pasado 26 de octubre, el subdirector del Instituto Penitenciario, Germán McNeil, informó que dos presos murieron en dos motines registrados en La Tolva y en la cárcel de máxima seguridad de Ilama, departamento occidental de Santa Bárbara, las cuales fueron intervenidas por las autoridades ese mismo día.
El director de la cárcel de Ilama, Pedro Armas, suspendido del cargo de manera temporal, fue asesinado el viernes por hombres desconocidos.
Armas fue suspendido tras el asesinato en la cárcel de Ilama del preso Magdaleno Fúnez Meza, el pasado 26 de octubre, quien era vinculado al exdiputado Juan Antonio “Tony” Hernández, hermano del gobernante hondureño, Juan Orlando Hernández, preso en EE.UU.
Fúnez Meza, quien fue asesinado a balazos y puñaladas, había recibido amenazas de muerte después de que la Fiscalía Especial Contra el Crimen Organizado de Honduras lo vinculó a “Tony” Hernández, declarado culpable el 18 de octubre de los cargos por narcotráfico de los que lo acusó el Gobierno de EE.UU.
Tony Hernández, arrestado en noviembre de 2018 en Miami, fue acusado de conspirar para exportar drogas a EE.UU., de posesión de ametralladoras y de dispositivos destructivos y de mentir a las autoridades federales, de los que se declaró no culpable.
En 2017, el Gobierno de Honduras inició una transformación del obsoleto sistema penitenciario del país, constituido por una treintena de cárceles.
En la mayoría de las cárceles impera la sobrepoblación y el hacinamiento, la falta de instalaciones físicas adecuadas, de condiciones de higiene y salubridad, lo que reconocen las autoridades del país.