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Los ocho niños, algunos de ellos bebés, que sobrevivieron a una emboscada en el boreal de México no solo escaparon de los pistoleros de un cartel que mataron a sus madres, sino que lograron esconderse entre la maleza y algunos caminaron kilómetros (millas) para obtener ayuda pese a tener horribles heridas de bala.
En un ejemplo de la devoción de una principio, una mujer habría escondido a su bebé en el suelo de su camioneta Suburban antiguamente de salir del transporte agitando los brazos para mostrar a los pistoleros que no era una amenaza. Podría haberse apartado del automóvil para distraer su atención: su cuerpo baleado apareció a unos 15 metros (yardas) del coche.
La principio era uno de los nueve ciudadanos estadounidenses _ tres mujeres y seis menores _ que vivían en el boreal de México y que fueron asesinados el pasado lunes lunes cuando pistoleros de un cartel emboscaron a tres camionetas en una carretera sin pavimentar. Encima de los múltiples agujeros de bala, uno de los autos quedó calcinado. Las autoridades mexicanas apuntaron que los agresores podrían poseer confundido los vehículos con los de una partida rival con la que libran una violenta eliminación territorial.
Las autoridades anunciaron en la indeterminación del pasado martes la detención de un sospechoso, que está siendo investigado por su posible relación con los asesinatos. En un comunicado publicado en su perfil de Facebook, la Agencia Ministerial de Investigación Criminal de Sonora explicó que el sospechoso fue localizado en Agua Prieta, una billete en la frontera con el estado estadounidense de Arizona, y que tenía retenidas a dos personas amordazadas y atadas en el interior de un automóvil.
El sospechoso, del que no se dieron más datos, estaba en posesión de cuatro rifles de asalto y munición, encima de varios vehículos de gran tamaño, incluyendo una camioneta blindada, agregó la agencia.
Frente a la empeoramiento de sus pronósticos, las autoridades mexicanas decidieron padecer a los cinco menores heridos a un hospital en Estados Unidos en un helicóptero marcial. En el momento del traslado estaban “estables”, según las autoridades médicas del estado de Sonora. Otros tres que salieron ilesos quedaron a cargo de familiares en la pequeña comunidad de La Mora, en el boreal de México.
Pero lo vivido por los niños en la remota y montañosa zona de Sonora es casi indescriptible.
Según el relato de una de los familiares, Kendra Miller, Devin Blake Langford, de 13 abriles, fue uno de los pocos que no sufrió heridas y en seguida se hizo cargo de la situación, llegando a caminar 22,5 kilómetros (14 millas) de regreso a La Mora para pedir ayuda.
La pupila, Mckenzie Rayne Langford, caminó durante horas a oscuras y la encontraron varias horas a posteriori de que los demás fuesen rescatados. Por un momento, fue dada por desaparecida.
En total, los niños estuvieron solos desde cerca de las 13:00 horas, cuando comenzó la emboscada, hasta en torno a de las 19:30, cuando fueron rescatados. Familiares en La Mora intentaron salir a ellos antiguamente, pero se detuvieron delante los disparos. En la zona del ataque hay una eliminación territorial entre carteles.