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Tres personas han muerto y cinco permanecen desaparecidas por los incendios forestales que se registran en el este de Australia, informaron este sábado fuentes oficiales.
Cerca de unas treinta personas han resultado heridas y alrededor de 150 viviendas quedaron destruidas por las llamas, apuntó el Servicio de Bomberos de Nueva Gales del Sur, sureste de Australia, cuya capital de estado es Sídney.
Dos víctimas mortales fueron halladas cerca de la población de Glen Innes, a unos 550 kilómetros al norte de Sídney, unas de ellas en el interior de un vehículo, mientras que la otra -una mujer de 69 años- pereció por heridas en el hospital.
La Policía de Nueva Gales del Sur informó de un tercer muerto, sin indicar si es una de las personas que permanecían desaparecidas, en el interior de un edificio en la población de Johns River, a unos 200 kilómetros al norte de Sídney.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, indicó en una conferencia de prensa televisada por los medios locales que temen que el número de muertos sea mayor.
“Estos incendios ya se han cobrado dos vidas (…) El acceso a algunas áreas permanece cortado (por las llamas) por lo que tememos que lleguen malas noticias”, había declarado el mandatario antes de que se conociera la tercer víctima mortal.
Esta situación extrema, que ocurre al inicio de la temporada de incendios en Australia, se concentra, por segundo día consecutivo, en el estado oriental de Nueva Gales del Sur, en donde se registran unos 77 incendios forestales, de los cuales 42 están fuera de control y 9 se han colocado en el nivel de “alerta de emergencia”.
El comisionado del Servicio Rural de Bomberos de Nueva Gales del Sur, Shane Fitzsimmons, manifestó a la prensa que “hay muchas áreas fuertemente impactadas por los incendios a los que no hemos podido enviar a nuestro personal para hacer la evaluación preliminar”.
El fuego de Kangawalla, cerca a Glen Innes, como otros cinco de alta peligrosidad se concentran a unos 150 kilómetros a la redonda de la turística ciudad costera de Port Macquarie, en donde ayer el cielo se tiñó de un color naranja encendido por las llamas, según las imágenes difundidas en las redes sociales.
“Nunca hemos tenido tantos incendios a este nivel de emergencia”, dijo el viernes a la cadena local ABC, Fitzsimmons, al remarcar que “desafortunadamente estamos en territorio desconocido”.
Más de mil bomberos se encuentran en el terreno luchando contra las inmensas llamas, que ya han quemado unas 575.000 hectáreas de terreno, lo que supera al doble del área ocupada por Luxemburgo, desde el 1 de julio hasta principios de mes, lo que ha superado a la superficie que se ha quemado en las dos últimas temporadas juntas.
Asimismo los bomberos en el estado de Queensland, al norte de Nueva Gales del Sur, han emitido alertas u ordenado la evacuación en varias localidades de la llamada Sunshine Coast.
La temporada de fuegos en Australia varía según la zona y las condiciones meteorológicas, aunque generalmente se registran en el verano austral (entre los meses de diciembre a marzo).
Los peores incendios vividos en el país oceánico en las últimas décadas ocurrieron a principios de febrero de 2009 en el estado de Victoria (sureste): causaron 173 muertos y 414 heridos, y quemaron una superficie de 4.500 kilómetros cuadrados.