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Al menos ocho personas murieron y otras 14 resultaron heridas, entre ellas cuatro extranjeros, en un ataque suicida este miércoles perpetrado en Kabul con un coche cargado de explosivos al paso de un vehículo de una compañía canadiense de seguridad, y que hasta ahora no ha sido reivindicado por ningún grupo insurgente.
Entre las víctimas del atentado hay varios niños en edad escolar debido a que en el momento en que ocurrió el atentado los menores se dirigían a la escuela.
La explosión ocurrió hacia las 07.25 horas (02.55 hora GMT) en el noreste de la capital afgana, en una zona donde hay además un complejo del Gobierno y una base militar extranjera, informó el portavoz del Ministerio de Interior afgano, Nasrat Rahimi, en un comunicado.
El portavoz reveló posteriormente a Efe que la detonación fue provocada por un atacante suicida que utilizó una furgoneta cargada de explosivos e hizo estallar el vehículo en una calle principal.
El Ministerio del Interior afgano aseguró poco después en un nuevo comunicado que el objetivo del ataque fue un vehículo blindado de la compañía extranjera GardaWorld, que ofrece servicios de seguridad y transporte principalmente para extranjeros.
“Como resultado de este ataque terrorista, siete de nuestros compatriotas murieron y otros diez fueron heridos. Cuatro empleados de la mencionada compañía extranjera también sufrieron heridas en el ataque”, precisó el ministerio en la declaración, a lo que se suma la muerte del atacante suicida.
Además del vehículo de la empresa de seguridad, otros dos vehículos civiles resultaron “destruidos” en el ataque.
Kabul ha sido objeto este año de un gran número de importantes ataques reivindicados tanto por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) como por los talibanes.
El más reciente, reclamado por el grupo talibán, ocurrió hace menos de un mes y causó más de veinte muertos y 38 heridos.
El ataque de este miércoles se produce un día después de que el Gobierno afgano anunciase la liberación de tres relevantes miembros del los talibanes, entre ellos el hijo del fundador de la facción conocida como red Haqqani, a cambio de la libertad de un profesor estadounidense y un australiano secuestrados por los insurgentes.