El papa viaja a Tailandia y Japón para clamar contra el desarme

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Será uno de los más agotadores viajes del papa, de 82 años, en el que recorrerá 27.000 kilómetros, tras despegar a las 19.00 hora italiana (18.30 GMT) del aeropuerto romano de Fiumicino.

Se trata de su viaje internacional número 32 y su cuarto viaje a Asia al haber visitado Corea del Sur en 2014; Sri Lanka y Filipinas en 2015; y Myanmar y Bangladesh en 2017.

Además, durante el vuelo, el papa sobrevolará China, país que desea visitar, pero también Hong Kong y Taiwan y como es habitual enviará telegramas a los jefes de Estado a su paso.

Llegará a Tailandia en la mañana del 20 de noviembre y tras el saludo en el aeropuerto, irá a descansar a la nunciatura y la agenda oficial comenzará solo el jueves.

TAILANDIA: DIALOGO CON LOS BUDISTAS Y CERCANÍA CON LA COMUNIDAD CATÓLICA

En Tailandia, con una población de 69 millones de personas, la comunidad católica es de cerca el 0,3 % lo que supone 389.000 fieles, y en todo el país solo hay 835 sacerdotes, 1.461 religiosas y 1.901 catequistas.

La visita de Juan Pablo II en 1984 encontró la oposición de grupos budistas radicales y tuvo que intervenir para calmar el rey Rama IX. Sin embargo el diálogo con los budistas ha mejorado mucho y últimamente una delegación de 50 monjes budistas del Templo de Wat Pho acudió al Vaticano para reunirse con Francisco.

La visita del papa se produce cuando se cumple el 350 aniversario del establecimiento de la primera misión católica en Siam, como se conocía a Tailandia, en 1669.

Su primer acto será su reunión con el primer ministro, general Prayut Chan-o-cha, y se dirigirá a las autoridades del reino y el cuerpo diplomático. Su traductora en este viaje será la monja argentina salesiana Ana Rosa Sivori, quien ha sido misionera aquí durante 50 años y que es prima segunda del pontífice.

Francisco visitará el templo Wat Ratchabophit Sathit Maha Simaram para encontrarse con el patriarca supremo de los budistas y visitará el Hospital pediátrico de San Luis.

Tambíén acudirá al Palacio Real de Amphorn para una visita privada al rey Maha Vajiralongkorn “Rama X”, considerado entre los miembros de la realeza más ricos del mundo y que últimamente ha sido noticia por haber expulsado a su amante Sineenat Wongvajirapakdi pocos meses después de haberla presentado oficialmente.

Desde el palacio, el papa viajará al estadio nacional para celebrar misa, la primera de las dos que celebrará en este país.

El tercer día acudirá a la parroquia de San Pedro en Samphran, provincia de Nakhon Pathom, a unos 34 kilómetros de Bangkok, para reunirse con los religiosos del país.

Visitará también al santuario del beato Nicolás Bunkerd Kitbamrung, el primer sacerdote mártir del país, para dirigirse a los obispos de Tailandia.

Esa tarde, el papa Francisco ofrecerá una conferencia magistral en la Universidad Chulalongkorn en Bangkok en un encuentro con los líderes de otras iglesias cristianas y otras religiones de la nación y en la catedral de la Asunción celebrará misa para los jóvenes.

JAPÓN: LLAMAMIENTO PARA EL DESARME NUCLEAR Y LOS MÁRTIRES CATÓLICOS

En Japón, Francisco visitará la capital y también las ciudades de Nagasaki e Hiroshima, donde cayeron las bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos en 1945.

Y desde esta zona cero, el papa clamará contra el desarme sobre todo a los países con arsenales nucleares, Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido, China, Israel, India, Pakistán y Corea del Norte.

Un llamamiento que llega en un momento de alta preocupación después de la retirada de Estados Unidos y Rusia del tratado INF (Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio).

El armamento nuclear mundial se redujo un 4 % en 2018, pero los nueve Estados nucleares poseen aún 13.865 armas de ese tipo, de las que 3.750 están desplegadas y, unas 2.000, en estado de alerta operativa.

La reducción, siguiendo la tendencia de los últimos años, se debe a la implementación del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (New START) de 2011 firmado por Estados Unidos y Rusia, que acaparan entre ambos más del 90 % del arsenal nuclear en el mundo.

Pero ese tratado expirará en 2021 si las partes, que no han iniciado aún discusiones sobre el tema, no acuerdan prolongarlo.

Pero Nagasaki es también la ciudad donde el jesuita español Francisco Javier llegó hace 470 años para evangelizar el país y símbolo de la dura persecución a los católicos.

El papa visitará el monumento de los 26 mártires, ubicado en la colina Nishizaka, en Nagasaki, construido en el lugar donde fueron crucificados el 5 de febrero de 1597 por orden de Toyotomi Hideyoshi, el gobernante nacional.

A pesar de la persecución, cuando dos siglos después volvieron los jesuitas, encontraron grupos de católicos, los llamados “Kakure Kirishitan”, los cristianos escondidos, que habían mantenido su fe durante todos estos años y sin presencia de sacerdotes.

En Tokio, el lunes 25 de noviembre, el papa se reunirá con diez víctimas de la llamada “triple catástrofe” de Fukushima que en 2011 causó cerca de 18.000 muertos por el terremoto de magnitud 9 en la escala Richter, el tsunami y el accidente en la central nuclear.

También visitará al emperador Naruhito en el Palacio Imperial y se verá con el primer ministro, Shinzo Abe, y las autoridades civiles y diplomáticas.