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Cráneos de bebés excavados en el yacimiento arqueológico de Salango, Ecuador, lucen a su vez cráneos de niños de mayor edad colocados a modo de cascos, en una suerte de macabro ritual funerario nunca antes visto.
Los investigadores señalaron que la cabeza humana a menudo era un símbolo poderoso para muchas culturas sudamericanas tempranas, lo que podría explicar lo que encontraron.
Los investigadores informan que entre los restos que encontraron había dos bebés, cada uno con el cráneo de un niño mayor colocado sobre su cabeza, como un casco. Se cree que uno de los bebés tenía aproximadamente 18 meses de edad al momento de la muerte; su casco de cráneo provenía de un segundo niño que se creía que tenía aproximadamente de cuatro a 12 años al momento de la muerte.
Los investigadores señalan que el hallazgo es la única instancia conocida del uso de cráneos infantiles como cascos para bebés como parte de una ceremonia de entierro. También señalan que era posible que quienes los enterraron intentaran conferir algún tipo de protección en el más allá.