‘Comet Interceptor’: la misión que irá tras un cometa interestelar

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Cabe la posibilidad de que la misión no encuentre ningún cometa prístino que cumpla los requisitos exigidos pero, en ese caso, el plan B es estudiar un cometa especialmente “particular”. “Los hay que son muy activos, otros que se han roto varias veces, otros binarios…no son cometas prístinos pero son muy interesantes para estudiar porque presentan características anormales dentro de la gran población de cometas periódicos”, subrayó Lara.

INSTRUMENTOS MINIATURIZADOS

El origen de la misión es tan peculiar como su objetivo, explicó Lara: “surgió de un llamamiento de la ESA para aprovechar el espacio sobrante del Ariane 6, el cohete que enviará al telescopio Ariel al espacio en 2028. La ESA pidió misiones exprés y nosotros presentamos la ‘Comet Interceptor’ que fue seleccionada por la agencia”.

Por tanto, uno de los condicionantes de la misión fue el límite de espacio, razón por la que las naves tienen dimensiones pequeñas en comparación con las que son usadas en la exploración planetaria. Las naves B1 y B2 se miden en unidades de CubeSat, satélites del tamaño de un tetrabrick con instrumentos miniaturizados y un coste mucho más pequeño también.

Así, a diferencia de Rosetta que llevaba una veintena de complejos instrumentos para estudiar a 67P (el famoso cometa con forma de patito de goma), esta misión irá equipada solo con nueve, algunos de ellos copiados -y miniaturizados- de aquel precedente histórico.

“La misión pretende responder a algunas de las preguntas que se quedaron en el aire con Rosetta, y es que, al tratarse de un cometa prístino, nos permitirá identificar mejor la localización de los hielos, determinar cómo es su rotación, y abordar cuestiones como si la forma del núcleo cometario es original o si es resultado de los constantes viajes cerca del Sol, entre otras cuestiones”.

“Hay muchas características de los cometas periódicos que conocemos bien pero que todavía desconocemos si son primitivas o no. Esta misión nos ayudará a saberlo”, indicó.

Para todo ello, las sondas llevarán nueve instrumentos, cuatro de ellos de fabricación española: CoCa, una cámara de alta resolución en el visible infrarrojo cercano; MANiac, un espectrómetro de masas; EnVisS, una cámara visible multiespectral con filtros polarimétricos, y OPIC, una cámara para cartografiar el núcleo y los chorros de polvo en varias longitudes de onda.

Estos instrumentos “nos permitirán avanzar en la comprensión de los procesos físicos y químicos que tuvieron lugar en las primeras fases de formación del Sistema Solar y profundizar en hallazgos inesperados de la misión Rosetta” y que, en conjunto, hacen de la misión “un bonito y arriesgado reto del que, estoy segura, la divulgación científica se podrá abordar con un maravilloso cómic”, concluyó la investigadora del IAA.