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La ancestral planta endémica de México, cuya flor roja en forma de estrella es uno de los símbolos de la Navidad, recibió el nombre de un político de Estados Unidos en una historia que pocos conocen.
Todo se remonta a poco más de 200 años atrás, en la primera mitad del siglo XIX.
México alcanzó su independencia en 1821 y el primer representante diplomático de Estados Unidos fue Joel Roberts Poinsett.
Al viajar por el país, Poinsett visitó la ciudad minera de Taxco en donde quedó asombrado con la belleza abundante de la flor de Nochebuena que adornaba las calles del lugar.
El diplomático, un aficionado a la botánica, compró varias de esas plantas y envió algunas a EE.UU., donde fue presentada por primera vez como planta comercial en 1929 en una exposición de Filadelfia.
¿Fue un robo?
Contrario a una creencia generalizada, Poinsett no registró esta planta a su nombre en EE.UU., sino que fue quien la introdujo en ese país.
Así, dio pie a un gran negocio que sigue vigente hasta la actualidad.
“Realizó una labor positiva al llevar esta planta a Estados Unidos para que pudiera ser admirada, pero redundó en que se mejoró y se le encontró una veta de utilidad comercial”, dice Heriberto Calderón, ingeniero agrónomo mexicano experto en esta planta, en conversación con BBC Mundo.
En 1929 se presentó por primera vez esta planta en una exposición en Filadelfia ya como una especie de la que se habían obtenido semillas y una producción.
Pero su nombre botánico, Euphorbia pulcherrima, no era tan atractivo y de ahí que fuera comenzada a llamarse con el apellido de aquel diplomático que la llevó al suelo estadounidense: poinsettia.
El rancho de la familia Ecke fue el responsable de su cultivo a gran escala y comercialización a través del territorio estadounidense, mientras que a Europa fue llevada por el viverista Robert Buist.
Pero la empresa no deja de reconocer que la “preciosa planta”, como la llama, es originaria de México.
“No es verdad que se haya registrado en EE.UU. la poinsettia como si tuvieran derechos especiales”, afirma Calderón, pues no existe registro sobre plantas.
Más bien han sido registradas diversas modificaciones a lo largo de estos 200 años.
En Japón existe una variedad adicional llamada “princettia” luego de que los genetistas de ese país crearon una variación de la planta.
Flor de dioses
Flor de Nochebuena, poinsettia, flor de Pascua, pastora, estrella federal… son diversos los nombres que recibe esta planta, pero los indígenas aztecas la llamaban cuetlaxóchitl.
Los pueblos originarios de México usaron esta planta para hacer pigmentos, vestimenta y en remedios herbales e incluso como ofrenda a Tonantzin, la diosa de la tierra.
Pero con la llegada de los españoles, la cuetlaxóchit también fue usada en las cruzadas evangelizadoras de los conquistadores del nuevo mundo.
“A Tonantzin la asimilaron como la Virgen María en cualquiera de sus advocaciones. Y trajo como consecuencia el culto a la Virgen de Guadalupe, y las flores de Nochebuena eran ofrecidas como ofrenda religiosa”, explica Calderón.
Coincidentemente, el día de la poinsettia en EE.UU., en honor al día en que murió Joel Roberts Poinsett, coincide con el día de la Virgen de Guadalupe en México, el 12 de diciembre.
Las flores de esta planta en realidad son los botones que le nacen en el centro, no las grandes hojas rojas que van cambiando de color, del verde hasta su característico rojo, y que se llaman brácteas.
Su florecimiento en los meses finales del año la hizo popular en las fiestas cristianas como la Navidad, no solo en México y América Latina, sino de todo el mundo.
“Su relación con la Navidad fue simultánea o posterior a esta ocupación religiosa”, dice Calderón.
De todos colores
En el mundo existen más de 300 variedades de la flor de Nochebuena, ya sea por el color de sus hojas, que pueden ser combinadas, sus flores, el tamaño de sus tallos, y resistencia al ambiente.
La producción asciende a unos 500 millones de plantas en la temporada de fin de año, lo que la convierte en una de las flores de mayor cultivo en el otoño-invierno boreal.
Actualmente, la producción mexicana de esta planta solo abarca el consumo interno, por lo que el mercado mundial no podría ser abastecido desde el lugar de origen de la Nochebuena.
Pero para Calderón, poinsettia, princettia o cualquier otro nombre que tenga nunca podrá cambiar el hecho de su origen.
“No deja de ser cierto que la Nochebuena es una planta endémica de México, originaria de México, y es exótica en EE.UU., por más que la hayan mejorado, por más que la hayan alterado genéticamente”, dice el experto.