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La legislación aprobada hoy (24-10) tiene una alta probabilidad de ser aprobada en la Cámara Baja, donde los demócratas tienen el control con 234 escaños, aunque se espera que enfrente una batalla más dura en el Senado, dominado por los republicanos, mayoritariamente contrarios a la legalización de la marihuana.
De hecho, el líder de los conservadores en la Cámara Alta, Mitch McConnell, se ha opuesto públicamente en reiteradas ocasiones a la legalización y presionará para que sus colegas que estén indecisos voten en contra de esta propuesta legislativa.
En caso de ser autorizada por ambas cámaras, la ley debería ser ratificada por el presidente estadounidense, Donald Trump.
El proyecto de ley en cuestión permite a los estados promulgar sus propias políticas sobre esa droga y les da incentivos para eliminar los antecedentes penales de las personas con delitos de marihuana de bajo nivel.
Asimismo, incluye un impuesto del 5 % sobre los productos de cannabis, que proporcionarían “capacitación laboral y asistencia legal a los más afectados por la guerra contra las drogas”, según el texto de la ley.
De acuerdo a datos de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, en sus siglas en inglés), los arrestos por marihuana representan más de la mitad de todos los arrestos por drogas en Estados Unidos.
“La criminalización de la marihuana ha sido un error. (…) La disparidad racial en las leyes de aplicación de la marihuana solo agravó este error con graves consecuencias, particularmente para las comunidades minoritarias”, defendió el presidente del Comité Judicial, el demócrata Jerrold Nadler.
Hasta ahora, 11 estados y el Distrito de Columbia han legalizado el uso recreativo del cannabis, mientras que la marihuana de uso medicinal es legal en 33 estados de EE.UU.