Irán insiste en que EE.UU. debe salir de la región para rebajar la tensión

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Irán mantuvo este viernes su exigencia de la retirada de las tropas estadounidenses de Oriente Medio para que la actual escalada de la tensión se reduzca, una demanda que se antoja difícil debido al gran despliegue de Washington en la región.

Con el ataque del pasado miércoles a una base con presencia estadounidense en Irak, la República Islámica parece no haberse quedado satisfecha, al menos de palabra.

Sigue clamando venganza por el asesinato del poderoso general Qasem Soleimaní, pese a que Estados Unidos optó por no tomar represalias militares a ese ataque con misiles en Irak y se limitó a imponer nuevas sanciones a Irán.

“Para reducir la escalada y establecer la seguridad en la región, debemos poner fin a la ocupación e intervención de Estados Unidos lo antes posible”, afirmó el ministro iraní de Defensa, Amir Hatamí, citado hoy por los medios oficiales.

EL PAPEL DEL GOLFO PÉRSICO

Hatamí destacó que la República Islámica, como el estado litoral más grande del golfo Pérsico y el mar de Omán, “siempre ha desempeñado un papel en la seguridad de las aguas regionales”.

En una conversación con su homólogo japonés, Taro Kono, el titular de Defensa dijo que “aquellos que buscan contribuir a la estabilización de la región han de recordar a los estadounidenses, que son la causa de la inseguridad, que deben abandonar” la zona.

Tokio ha intentado en los últimos meses asumir un papel mediador entre Teherán y Washington para reducir las tensiones, que se han incrementado desde mayo pasado a raíz de los primeros incidentes registrados en el golfo Pérsico.

Debido a su gran interés en esta zona, clave para el abastecimiento de petróleo de Japón, el Gobierno nipón dio hoy luz verde al despliegue de una fuerza militar en esas aguas para garantizar la seguridad de las rutas marítimas.

UNA RETIRADA ESTADOUNIDENSE COMPLICADA

Estados Unidos cuenta con un gran despliegue militar en Oriente Medio, tanto en Irak como en varios países del golfo Pérsico que albergan sus bases como Baréin y Catar.

En Irak, las autoridades ya han comenzado los trámites para que las tropas extranjeras abandonen el país, aunque EE.UU. no se lo va a poner fácil, pero los otros Estados no van a seguir esa línea por sus estrechos vínculos con Washington.

Además, según señaló a Efe el analista Mehdí Motaharnia, catedrático de ciencias políticas de la Universidad Azad de Teherán, “Estados Unidos no ha gastado tanto en la región para marcharse sin logros, no dejará su inversión a medias”.

La salida de las tropas de EE.UU. de la región es el objetivo declarado por Irán, con su líder supremo, Alí Jameneí, a la cabeza, quien subrayó esta semana que esa será la venganza real al asesinato de Soleimaní.

Para ello, Irán pretende contar con la ayuda de sus grupos aliados en la región como Hizbulá en el Líbano, Multitud Popular en Irak y Ansuralá en el Yemen.

POSIBLES NUEVOS ATAQUES A INTERESES DE EE.UU.

Esa idea de que el ataque contra la base en Irak del miércoles es solo el inicio de la venganza fue reiterada esta jornada por el destacado clérigo Mohamad Alí Akbarí ante la multitud que asistió al rezo musulmán del viernes en Teherán.

Akbarí, encargado de liderar la oración del viernes, subrayó que solo “una pequeña parte de la operación de venganza acaba de comenzar” y que “los intereses de Estados Unidos en todo el mundo se verán expuestos a grandes amenazas”.

“De ahora en adelante, tener demasiadas bases, especialmente en esta región, no será una ventaja para ellos”, agregó.

Irán ha asegurado que no busca una guerra con EE.UU. pero, al mismo tiempo, no tiene intención de poner fin a sus acciones limitadas ni de negociar con su rival, mientras que Washington quiere forzar a Teherán a unas negociaciones.

En opinión del analista Motaharnia, “se intensificará la guerra económica y diplomática entre Irán y Estados Unidos y se mantendrá un limitado enfrentamiento militar para que las tensiones no deriven en un conflicto amplio”.

Ante los temores de la comunidad internacional a que estalle una nueva guerra en Oriente Medio, en los últimos días numerosos presidentes y ministros de Exteriores, entre ellos europeos, han contactado con Irán para calmar los ánimos.