Llegan restos de víctimas de avión chileno accidentado

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Los restos de algunas de las 38 víctimas del avión militar chileno accidentado camino a la Antártica llegaron el viernes a Chile continental para ser trasladados al servicio médico legal para su identificación.

La tripulación del avión y los presentes en la base aérea de Chabunco, en Punta Arenas, guardaron cinco minutos de silencio en honor a las víctimas.

Una buena parte de los familiares de los fallecidos que se encuentran en Punta Arenas, más de 3.000 kilómetros al sur de Santiago, se acercaron al servicio médico legal de la ciudad para colaborar en el proceso de identificación de los cuerpos. Hasta el lugar se desplazó un equipo multidisciplinario compuesto por antropólogos y arqueólogos para asistir en las fichas antropomórficas y datos de las víctimas.

En tanto, los restos del avión quedaron a disposición de la fiscalía para investigar las causas del accidente.

La víspera el ministro de Defensa, Alberto Espina, dio por muertos a los ocupantes del avión Hércules C-130 mientras el comandante en jefe de la Fuerza Aérea de Chile (FACH), general Arturo Merino, afirmó que es casi imposible que aparezcan sobrevivientes.

Además de restos del avión se encontraron bolsos, mochilas y zapatos pertenecientes a los pasajeros a unos 30 kilómetros del lugar donde la aeronave registró su último contacto a las 16.55 (1955 GMT) del lunes. A las 00.40 (0340 GMT) del martes el avión fue dado por siniestrado pues a esa hora se acababa su combustible. El Hércules C-130 transportaba 17 tripulantes y 21 pasajeros, incluidos tres civiles.

Entre los desaparecidos se encuentra Claudia Manzo, la única mujer del grupo, geógrafa de la FACH y encargada de tomar fotografías del continente blanco. Manzo era tutora del proyecto de fin de curso de Ignacio Parada, un estudiante de 24 años de Ingeniería Química de la Universidad de Magallanes que también iba en el vuelo. Parada iba a realizar en la Antártica un proyecto sobre el sistema de agua de la base militar chilena y había sido seleccionado para viajar como premio a su excelente expediente académico. La Universidad de Magallanes le concedió el título póstumo de ingeniero químico como señal de duelo.

Otro de los desaparecidos es el electricista Jacob Pizarro, de 38 años, viudo hace meses y con dos hijos de dos y seis años que quedaron al cuidado de la abuela.

En la búsqueda del avión colaboró una importante red de aviones, satélites y buques de Uruguay, Brasil, Argentina, Perú, Estados Unidos y el Reino Unido.

El ministro Espina agradeció la ayuda internacional que permitió hallar a la aeronave tan sólo 48 horas después de su desaparición en una de las zonas más complicadas del mundo, el Pasaje Drake, donde confluyen los océanos Atlántico y Pacífico y comienza la península Antártica, conocido por sus extremas y rápidamente cambiantes condiciones meteorológicas.

El Hércules C-130 no dio ningún aviso de problemas técnicos o climáticos antes de desaparecer, es un avión confiable y su mantenimiento técnico estaba al día. Los dos pilotos contaban con una amplia experiencia reconocida internacionalmente y eran instructores de ese tipo de aeronaves.

Se desconocen las causas del accidente. La investigación civil de la fiscalía transcurre en paralelo a la de la FACH para determinar qué ocurrió y por qué el avión cayó al mar sin dar aviso previo o sin que fuera detectado por los radares.