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“Hay cosas que no se ven de inmediato” ha señalado Compostrini, pero el proceso de corrosión de la sal “es lento pero inexorable” y todavía no se puede hacer un cálculo exacto de las pérdidas.
Sin embargo, algunos daños ya son visibles, como el mosaico que representa dos pavos en el pavimento de la basílica, uno de los más valiosos del templo, que ha perdido numerosas teselas datadas en el siglo XIII, según informa el periódico local “Il Gazzettino”.
También se ha hecho público el estado de las bases de algunas columnas, gravemente perjudicadas, y sobre las que el procurador ha asegurado que se tendrán que sustituir por la imposibilidad de recuperar el mármol para restaurarlas.
Sí que se podrán restaurar, en cambio, los mosaicos dañados, ya que incluso “el diseño del mosaico está digitalizado”, como ha hecho saber el procurador de Venecia, el máximo responsable de la basílica de San Marcos.
Otro mosaico perjudicado, situado en el centro de la basílica y que representa motivos vegetales, ha tenido que ser cubierto para protegerlo del paso de los turistas, que ya han vuelto a visitar el lugar.
En la cripta del santo, que fue la parte de la basílica más dañada, ya había en curso un proceso de desalinización de las columnas por anteriores inundaciones, y ahora tendrá que iniciarse de nuevo.
Compostrini ha anunciado que la semana que viene explicará el plan de prevención de la basílica de cara a nuevas mareas, y ha afirmado que por el momento están en una fase de “comprobación” de los daños.
El martes pasado Venecia sufrió la segunda peor inundación de su historia, cuando el agua llegó a 187 centímetros, y a lo largo de la semana se alcanzaron otros picos de más de 150 centímetros, un registro excepcional y que inundó la práctica totalidad de la ciudad.